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Toxina botulínica en hiperhidrosis


Toxina botulínica A: un "desodorante" eficaz.
La hiperhidrosis primaria es una afección que puede causar problemas tanto fisiológicos como
psicológicos en estos pacientes. Debido a su mecanismo de acción, la toxina botulínica tipo A
podría ser útil en esta alteración. Un reciente estudio ha evaluado la seguridad y eficacia de
dicho fármaco para el tratamiento de hiperhidrosis axilar bilateral primaria. Los resultados demostraron
que la toxina botulínica tipo A constituye un tratamiento seguro, eficaz y satisfactorio
para estos pacientes.
La hiperhidrosis primaria es una alteración crónica que se caracteriza por una sudoración excesiva
principalmente de las palmas de las manos, axilas, cara, y planta de los pies. Aparte de
que la sudoración profusa que caracteriza a este síndrome puede dar lugar a maceración dérmica
e infecciones microbianas secundarias, se trata de un trastorno que puede suponer una
intensa alteración del estado psíquico del individuo, dificultando de esta forma tanto sus relaciones
sociales así como su trabajo profesional.
El tratamiento de la hiperhidrosis primaria se puede dividir en dos grupos: médico y quirúrgico.
El tratamiento quirúrgico consiste en la sección parcial de la cadena simpática (simpatectomía)
que se halla en la porción posterior de cada hemitorax mediante videotoracoscópia. Este procedimiento
requiere anestesia general, intubación selectiva y una estancia hospitalaria media
de 24 horas. Aunque la eficacia del tratamiento quirúrgico es inmediata en casi la totalidad de
los casos, los resultados se mantienen a largo plazo y el grado de satisfacción del paciente es
alto, la simpatectomía torácica también conlleva riesgos como el síndrome de Horner, sudación
gustatoria, neuralgia y pneumotorax además de presentar efectos secundarios como sequedad
excesiva de las manos e hiperhidrosis compensatoria en la que existe un aumento leve de la
sudoración a nivel de la espalda o de los muslos.
Dentro de los tratamientos médicos se encuentran diversas sustancias antitranspirantes y secantes
de acción local que disminuyen la cantidad de sudor, no obstante, estos medicamentos
sólo parecen ser beneficiosos en algunos casos leves de hiperhidrosis. Otros medicamentos
que se han empleado son los sedantes y tranquilizantes combinados con anticolinérgicos por
vía sistémica, sin embargo, sus numerosos efectos secundarios han obligado a que hayan
dejado de ser útiles en el tratamiento de esta alteración.
Por otra parte, también existe una técnica conocida como iontoforesis que consiste en hacer
penetrar a través de la piel iones por medio de corriente de baja intensidad lo que produce
coagulación de proteínas y disminución de la sudoración. Generalmente este tipo de tratamiento
se inicia con dos sesiones diarias de 20 minutos cada una y se continúa cada tres o
cuatro días a la semana.
La toxina botulínica tipo A se ha utilizado en numerosas alteraciones médicas que incluyen
estrabismo, blefaroespásmo, distonías focales y ciertas formas de espasticidad. Su mecanismo
de acción consiste en el bloqueo de la liberación de acetilcolina de fibras nerviosas colinérgicas
lo que puede ser útil en el tratamiento de la hiperhidrosis debido a que en esta alteración
las fibras nerviosas sudomotoras que enervan las glándulas sudoríparas ecrinas se encuentran
hiperactivadas.
Con el fin de evaluar la seguridad y eficacia de la toxina botulínica tipo A en el tratamiento de la
hiperhidrosis axilar bilateral primaria se ha realizado un reciente ensayo clínico multicéntrico,
aleatorio, y controlado con placebo en 307 pacientes con esta alteración. Estos pacientes fueron
asignados a tratamiento único con 50 U por axila de toxina botulínica tipo A o placebo en
10-15 inyecciones intradérmicas distribuidas en el área hiperhidrótica de cada axila. Las variables
principales de estudio fueron el porcentaje de personas que respondieron (pacientes con
una reducción mayor o igual al 50% de la producción espontánea de sudor axilar inicial) a las 4
semanas, el índice global de satisfacción de los pacientes y los efectos adversos.
Se observó una respuesta al tratamiento en un 94% de los pacientes en el grupo asignado a
toxina botulínica tipo A frente a un 36% en el grupo placebo a las 4 semanas del estudio. En la
semana 16, las tasas de respuesta fueron de un 82% y de un 21% respectivamente. Asimismo
se registró una mayor satisfacción con el tratamiento en los pacientes asignados al tratamiento
con toxina botulínica tipo A en comparación con el grupo placebo. La incidencia de efectos
adversos en el tratamiento con toxina botulínica fue de un 11% en el grupo con tratamiento
activo y de un 5% en el grupo placebo.
Los resultados de este estudio muestran una reducción clara y significativa en la cantidad de
sudoración en pacientes con hiperhidrosis axilar primaria después de inyecciones transdérmicas
de 50 U de toxina botulínica tipo A. El inicio de la acción fue rápido y el efecto se mantuvo
al menos 16 semanas, además se observó un alto nivel de satisfacción con el tratamiento y
pocos efectos adversos. Por todos estos motivos, la toxina botulínica tipo A se puede considerar
como un tratamiento eficaz, seguro y bien tolerado en pacientes con hiperhidrosis axilar
primaria, representando una alternativa valiosa a los tratamientos previos.
Naumann M, Lowe NJ. Botulinum toxin type A in treatment of bilateral primary axillary hyperhidrosis: randomised,
parallel group, double blind, placebo controlled trial. BMJ 2001; 323: 596-9.

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