El uso de las plantas con fines terapéuticos se remonta prácticamente desde la prehistoria hasta nuestros días.
Esta medicina y cosmiatría herbolaria tradicional, tiene dos aspectos: Uno, muy positivo, consiste en que a través de incontables experiencias empíricas, ha permitido una selección, si bien no muy justificada desde el punto de vista estrictamente científico, sumamente valiosa de un conjunto muy importante de vegetales, descartándose por inocuos muchos de ellos, o tóxicos en algunos casos particulares.
El aspecto negativo, es el de no poderse determinar -a este nivel de conocimiento- cuál es el mecanismo de acción o los principios activos que dichas plantas poseen, quedando en muchos casos las virtudes terapéuticas enunciadas sobre la base de testimonios personales, opiniones o creencias.
La fitoterapia surge como una nueva disciplina que supera la herboristería tradicional, rescatando por un lado el cúmulo de informaciones históricas, pero sólo a título de orientar la investigación con base científica y apoyándose en aportes tecnológicos, hacia el descubrimiento de los principios activos y su posterior estudio y sistematización.
El aporte realizado por la fitoterapia en lo que va de siglo -especialmente en los últimos 25 años- apoyándose en la química, la biología y la física es invalorable: el arsenal bibliográfico no ha cesado de aumentar; importantes revistas europeas publican sistemáticamente aportes de numerosos países y existen laboratorios de primer nivel dedicados exclusivamente a la producción de extractos vegetales.
A pesar de ello, de las 800.000 especies que se estima existen en nuestro planeta, sólo han sido descritas 250.000 con su respectiva clasificación botánica, de las cuales 80.000 han pasado por ensayos químicos y farmacológicos aislándose solamente 2.000 principios activos, lo que equivale a un conocimiento muy primario pero estimulante para nuevas investigaciones.
Las ventajas del empleo de productos fitoterápicos son numerosas; entre los principales podemos citar:
1) La presencia de principios activos difícilmente sintetizables por la vía química o en el mejor de los casos costosos, o directamente desconocidos pero de actividad comprobada.
2) La acción combinada en un mismo vegetal de dos o más componentes, que al encontrarse juntos, potencian una acción terapéutica determinada.
3) La diversidad de efectos que un mismo extracto puede ejercer sobre el paciente.
4) La ausencia de efectos colaterales: muchos productos de origen sintético pueden ocasionar reacciones imprevisibles, por sí mismos o por impurezas que contengan en su fabricación industrial.
5) La utilización de materias primas fácilmente renovables.
Debemos aclarar que, junto a estas ventajas, nos encontramos con una serie de inconvenientes, todos ellos superables, relacionados con la recolección, manipulación y elaboración de los productos de origen vegetal.
Estos procesos deben realizarse bajo estrictas normas, a fin de garantizar la calidad y posterior normalización (estandarización) de los principios activos.
En la recolección es de capital importancia conocer qué parte de la planta es la que debe usarse, ya que a veces es sólo la raíz la que interesa; otra puede ser sólo las flores y, en diferentes casos, se emplea la planta entera. Por otro lado, se debe tener en cuenta qué época del año es la adecuada, a fin de garantizar una máxima concentración del principio activo, las características del suelo y clima y hasta variables no tan frecuentes como las posibles variaciones genéticas del vegetal. Es necesario además, prevenir adulteraciones o equivocaciones con plantas similares en este paso.
En cuanto a la manipulación, es fundamental el conocimiento de los métodos de secado y envase a fin de preservar los principios activos, etapa previa a la extracción de los mismos, de la cual deriva el proceso de elaboración del producto fitoterápico.
La normalización o estandarización de los extractos vegetales, implica que cada uno de ellos debe ser valorado (cantidad de principio activo por unidad de peso o volumen). Ésta es la forma científica de presentar el producto, y la tecnología actual lo permite.
Resolver estos aspectos significa pasar a una verdadera jerarquización de este tipo de terapias y representa el desafío actual de esta disciplina.